Últimamente el termino de estilos de aprendizaje y estrategias docentes se utiliza comúnmente en las reuniones de trabajo del centro educativo en el cual trabajo. Pero hemos carecido de bases para diagnosticar como es que aprenden nuestros alumnos. Nuestros pupilos se enfrentan a un caudal de estímulos y de información increíble , deben luchar y comprender, asimilar y aplicar herramientas y procesos que nosotros los que nacimos en los setenta jamás imaginamos, ellos a diferencia de muchos de nosotros son Multitasking.

El siguiente video puede apoyar estas líneas.
Cuando debatimos sobre este tema siempre hago la siguiente referencia: – yo soy padre de un niño de casi dos años y su cuarto antes de nacer fue diseñado y decorado con objetos y pinturas que favorecieran el desarrollo de sus habilidades cognitivas, más aún, antes de nacer estuvimos explorando técnicas de estimulación prenatales. La mayoría de los padres de mi generación tienen un gran interés por apoyar el desarrollo emocional y cognitivo de sus hijos,  hacemos grandes inversiones en publicaciones y sofisticados juguetes. Pero esta pasión por la estimulación y el poner a la disposición de nuestros pequeños de materiales ricos en contenidos choca con lo que encontramos en la mayoría de las aulas de clases, este asunto es inversamente proporcional a medida que se escala en la escolaridad.  La mayoría de los salones del nivel de primaria carecían de estimulación, así como de materiales didácticos, las más sofisticado una pizarra blanca y una cartelera, algunos rotafolios recordando algunas normas, y en los de educación secundaria sólo la pizarra.
Por otra parte en el estudio realizado por generaciones interactivas en Iberoamérica, nuestros alumnos (Venezolanos) poseían el nivel más alto de equipamiento tecnológico, así como el nivel de penetración en hogares de Internet y TV por cable, esto puede aliviarnos tal vez, ellos están expuestos a gran cantidad de información y de conexiones, pero el contenido que consultan y al cual acceden es el mejor, ese es otro problema. El asunto radica en que las aulas y los profesores seguimos en los sesentas, mientras que nuestros clientes galopan en el siglo XIX.  Ellos se aburren en clase y en consecuencia molestan y rompen las normas (recordemos que es una de las pocas cosas que revisten las paredes beige de sus aulas).
Como integrar estos dos aspectos, como indagar que estamos haciendo mal y que no.  Explorar sobre como aprenden nuestros alumnos puede ser un buen comienzo. Apliqué en el Cuestionario de Honey-Alonso de Estilos de Aprendizaje publicado en www.estilosdeaprendizaje.es,  para mi fue muy útil conocer los resultados y corroborar lo que intuía, pero también hubo sorpresas. Los hallazgos obtenidos me han impulsado a indagar un poco más sobre como puede ayudarnos este tipo de datos a mejorar nuestro trabajo en clase. En esa búsqueda encontré el Test de Felder, el cual me pareció más apropiado para aplicar a mis alumnos, pero no he dado con un sitio que lo proporcione en español.
Mis resultados en Cuestionario de Honey-Alonso
Mis resultados en Test de Felder
El paso siguiente, explorar con mis alumnos sus estilos de aprendizaje, ello puede ser un buen insumo para preparar un reporte con recomendaciones para ellos mismos y para sus demás profesores, para reprogramar las actividades de clase y los recursos a utilizar.
Las aulas que queremos:

Un anécdota: Lo más simple puede ser eficaz.

Soy profesor de computación de varios grados y hace unos años me toco trabajar con un grupo de quinto grado (alumnos de 10 años) muy activo e indisciplinado, era una gran batalla lograr su atención. Un día en clase pensé que sería una buena idea probar escribiendo las instrucciones de lo que debían hacer en la pizarra, utilizando para ellos marcadores de distintos colores,  coloqué cada paso a realizar en un color distinto, hice combinaciones y degradaciones entre una y otra, resalté lo más importante con nubes alrededor de las palabras. Aún recuerdo sus caras, ellos permanecieron en silencio mientras yo copiaba, alguno preguntó: – ¿podemos copiar las instrucciones de la  pizarra en nuestro apuntes? ¿usando esos mismos colores? (ellos llevan sus apuntes de la clase en un documento que van editando en Microsoft Word). Yo contesté: – ¡Por supuesto!
La clase nunca estuvo tan atenta. En otras sesiones de trabajo ellos siempre me recordaban el uso de los marcadores, pero al poco tiempo tuve que valerme de otras estrategias…

Otros recursos:

Active Learning with Dr. Richard Felder